domingo, 16 de septiembre de 2012

Cuento...



  Este cuento lo escribi en un intento de crear algo distinto y por encago de mi hermano hace unos 5 o 6 años. Originalmente no tiene un titulo pero si algun dia lo llegarán a encontrar  en un antologia ajena a mi  lo titularon "Amor Burgues"
Había una vez en la ciudad de Manhattan una mujer llamada  Jane  corría el año de 1770 y por las calles en que solía pasearse Jane por las tardes se respiraba un aire puro y solitario donde la gente solía descansar y meditar sobre el ajetreo de la ciudad.
Jane era una mujer muy bella: alta, delgada, de tez blanca y muy fina, y una mirada profunda de color azul era muy joven quizás unos 17 o 18 años y su familia era de la clase acomodada de esa ciudad. Ella nunca había conocido el amor de alguien por que sus padres ya tenían arreglada una boda con uno de los burgueses mas importantes y solo le habían enseñado como comportarse y le habían dado diversas clases para que pudiera ser una señorita en sociedad.
Ella jamás había desobedecido a sus padres pues eran los que según ella sabrían lo mejor para su vida y se prometió nunca hacerlo pero las cosas cambiarían una tarde de ese otoño por que al pasar por esa calle se encontraría con aquel que haría  que rompiera su promesa.
Esa tarde ella caminaba por la misma calle de siempre en donde siempre se congregaba la gente cuando de pronto alcanzo a ver a lo lejos junto al gran reloj de la esquina a un hombre de clase media pero en vestido de rostro resplandecientes y ojos de color aceituna ella al verle se sorprendió pues nunca en todas las veces que había pasado por la misma calle a la misma hora se había encontrado con un hombre de tal impresión incluso se percato que por primera vez había puesto sus ojos en alguien mas. Ella se volteo hacia el otro lado avergonzada por su comportamiento pues sabía que estaba comprometida pero no pudo evitar sentirse extrañamente impaciente y con mucha curiosidad con respecto a aquel hombre, cuando volteo la mirada para volver a verlo este había desaparecido.
Pasaron un par de días antes de que Jane volviera a verlo pero ella no podía dejar de pensar en aquella mirada que le provocaba vergüenza pero al mismo tiempo sentía la necesidad de volver a verla ella estaba consciente de que hacia mal pero como toda jovencita aventurera quería descubrir nuevas cosas.
Tiempo después de ese encuentro volvió a encontrarse con el hombre y se sintió sobresaltada al notar que era la misma hora de la vez anterior y que estaba exactamente en el mismo lugar, pero lo mas extraño aun era que estaba mirándola. Jane se preguntaba:
-¿Por qué me estará mirando de ese modo?
De pronto sintió que se le acerco y antes de que pudiera salir corriendo de ahí la tomo por sorpresa y le dijo:
-Buenas tardes, bella dama mi nombre es Peter y desde hace algunos días me he percatado que usted camina por esta calle pero me pregunto el porqué y no me había atrevido a acercármele por que creía que usted me rechazaría con un rotundo desdén
-Paseo por esta calle por que  me gusta observar a la gente y me siento tranquilo en ella. Siempre lo hago a esta misma hora por que a las seis de la tarde la ciudad de Manhattan y sobre todo esta calle se iluminan por el radiante sol de la tarde. Pero dígame quien es usted y por que me mira con tanta insistencia
-Por que veo que usted es realmente hermosa y el sol proyecta sobre usted una luz que cautiva es por eso que la miro pero  prefiero no incomodarla mas es mejor que me vaya, solo dígame su nombre  por favor.
-Mi nombre es Jane Nicoles pero quiero que sepa que esta será la ultima vez que me vea por que yo no puedo fallar a mis padres estoy comprometida y aunque su cumplido es muy halagador debo  irme
Y sin despedirse Jane salió corriendo Peter la siguió hasta su casa y averiguo todo sobre ella en menos de una semana sabia todo lo que necesitaba saber sobre ella. Una noche Peter se atrevió a subir por su ventana y ella le recibió con gran temor desde su balcón. El le dedico poemas canciones pinto para ella dibujos y en menos de tres meses logró enamorarla al grado tal de que le dejo de importar la opinión de sus padres y el compromiso que tenia desde pequeña con el burgués que se llamaba Edward lo único que Jane quería era permanecer  al lado de Peter no le importaba que no tuviera dinero o que vivieran unidos en matrimonio si no simplemente que el la amara.
Pasado algún tiempo cuando su amor por Peter era mas intenso Jane le propuso escaparse a algún lugar lejano de su familia y toda la gente que la conocía por que quería comenzar una familia a su lado y sabia bien que sus padres no le permitirían vivir con el. Peter acepto pero le pidió que nadie se enterara de su escape que solo permaneciera en su casa hasta que el tuviera un plan para sacarla de ahí y que por lo pronto no se negara a aceptar el compromiso con Edward. Jane no estuvo muy de acuerdo con esa situación pero supo esperar pues creía que Peter hacia lo correcto y también lo hizo para dejar tranquilos a sus padres por lo que Edward al día siguiente le entrego un anillo de diamantes en señal de compromiso y la fecha de la boda se programaría para el sábado siguiente.
Llegado el día anterior de la boda Jane estaba muy nerviosa pues temía por la vida de Peter, si el plan salía mal y sus padres se enteraban de lo ocurrido, además de que ella no sabia cual era el plan por eso se encontraba muy agobiada. Esa tarde recibió de manos de su sirvienta una nota cuyo contenido era el siguiente
Amada mía:
Te estaré esperando en el balcón de siempre en cuanto el reloj marque las doce si has decidido no acudir a nuestra cita sabré comprenderlo perfectamente.
Siempre tuyo
PETER

Las doce de las noche habían dado y Jane esperaba en el balcón de siempre a su amado mientras esperaba, empezó a oír ruidos en su casa lo cual se le hizo muy extraño por que sus padres ya habían dormido entonces creyó que Peter había entrado por la puerta trasera de su casa pero cual fue su sorpresa al descubrir a tres hombres enmascarados que subían por la escalera. Jane trato de correr y esconderse en su habitación pero le fue imposible ya que los bandidos eran más rápidos y fuertes que ella.
Jane intento forcejear con ellos pero unas ves que la alcanzaron ya no pudieron hacer nada y fue raptada por los tres hombres. Su familia fue muerta aquella noche apuñalados y parte de su casa sobre todo las cosas mas valiosas para la familia fueron robadas y llevadas junto con ella.
Horrorizada por lo sucedido Jane quiso buscar a Peter por que pensaba que el iba a salvarla para podre hacerlo Jane pidió a uno de sus captores que le permitiera ver la calle por donde pasaban en ese momento con la promesa de no salir corriendo. El captor le pregunto si tenía más familia que pudiese rescatarla y pagara una fuerte cantidad de dinero por ella Jane contesto que si pero no permitiría que le hicieran daño a más gente de su familia. El captor accedió a la petición de Jane y le permitió ver la calle y justo en el mismo lugar donde había conocido a su amado Peter se encontraba parado un hombre al que no pudo reconocer por lo que pidió a sus captores que le permitieran acercarse al reloj de la esquina creyendo que si el hombre era Peter podría salvarla.
Una vez cerca del reloj Jane descubrió que el hombre parado junto a este era el mismo Peter disfrazado  a igual que sus captores. Jane le suplico que la salvara que le dijera a los de más que la dejaran en paz por que ella lo amaba y ella sabia que no era un hombre malo que jamás le haría ningún daño. A lo que Peter respondió fríamente y sin ninguna emoción en su rostro:
-Yo nunca la ame me acerque a usted por que supe que era hermosa y que tenia suficiente plata para mantenerme vivo. Sabia que usted era una mujer de principios por eso me dedique a enamorarla y si ahora le hablo de usted es por que jamás sentí nada y era la única forma de convencerla para que dejara su casa. Más ahora que lo pienso mejor me será matarla para que no me delate y pueda vivir sin culpa por que solo lo hice por necesidad.
Al oír esas palabras Jane comenzó a llorar y después de mucho sollozo cayo desmayada al verla inconsciente y en un acto de cobardía Peter la mato a puñaladas y corto su cuerpo en pedazos y de lo que no pudo deshacerse lo enterró en un roble cercano a la calle.
Días después de lo sucedido tras el cargo de conciencia heredo y al quedarse con todo el dinero de la familia de Jane prefirió suicidarse pues supo de que realmente amaba a Jane pero pudo más el dinero y el poder que el gran amor que sentía por ella.
Inspirado en la canción:
  
Catherine Linton

sábado, 15 de septiembre de 2012

Soy...

Soy hecha de carne, agua y sal.
Soy carne de humano porque siento aun sin sentir.
Soy agua porque fluyo por encima y apesar de todo, bueno o malo.
Soy sal, le doy sabor y textura al mar de vida que me dieron.

Como humano tambien soy fuego, tierra y aire
Fuego cuando me doy el lujo de apasionarme con algo o alguien para amarlo 
Tierra porque sostengo mi propio mundo y creo vida con la magia de mis pensamientos y mis lagunas mentales.
 Aire porque floto a traves de mi mente, mis sueños, mis palabras....

Soy luz que brilla  en momentos oscuros para aquellos que se acercan a mi

Soy vida ahora porque mi corazón sigue latiendo y mi sangre sigue recorriendome la piel
Soy muerte al envejecer lentamente con el pasar de los segundos: sé que mientras plasmo esto algo en mi esta muriendo, porque sin la vida no habría muerte y viceversa.

No soy Dios porque Dios existe en mi y me dio el poder de ser lo que quiera ser en este mundo y en otros .

Soy hoy, seré mañana y fui ayer, sigo siendo en este instante , sería algo mejor después , habré sido un recuerdo para otros y todavía he sido lo que quiero ser.

Asi es y será hasta el final. E incluso después del final
Catherine Linton
 

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Cardia, cardias: reminiscencias, no para el olvido.


Toma mi corazón y llénalo de frutos,
de tus dotes pláidos y tibios.
Toma mi corazón y embúllelo en sábanas,
de tu piel: en tu boca suave, y manos hiladoras.
Toma mi corazón, y resguardalo en tu alma
como siempre lo has hecho, con unas palabras.

Habrá cual ingenuo dude de lo que tomas,
los tiempos son injustos.
¿Cuánto ha de importar el vulgo,
presa de nostalgias, invidente?
Nada. Perdidos los asombros,
que la ciencia nos arroja.

Ciencia tan absurda, mil veces
torpe y tonta, que no duda.
El pasado cobra sin zozobra,
y la concordia de esos tiempos
a nuestro pecho vital arroja.

Nuestra concordia; tradición amorosa,
de palabras y de bocas.
Testigos eternamente seremos,
bajo palabra; pues el día que olvidemos [cardia, cardias]
se perderá hasta el olvido; arrojaremos
 la última mirada, y antes de caer
nos habremos perdido
entre la inmensidad de la nada,
donde no existen las palabras.

Jal P.V.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Ya muérete

Fastidio de mí
mi incompetencia
mis palabras revueltas
mi utopía del nosotros

¿nosotros?
a veces dices que me amas
a veces cuando hablamos
cuando llamas

quédate por favor
quémate
quéjate
que el fuego te consuma como al agua

ya déjame morir tranquilo


Larrón