viernes, 24 de agosto de 2012

Ideas sonámbulas.



Todo me parece tan extraño, tan enigmático que, a veces, me siento tentada a pensar que soy irreal. Como si estuviera entre las cortinas de un sueño y resultara imposible definir algo con claridad. Un fantasma sería la mejor manera de acercarse con alguna exactitud a lo que soy. Alguien bordado con un sinnúmero de sensaciones. Una batalla entre lo imaginario y la posibilidad de existir. Pero, también, las palabras hacen burbujas dentro de mí y ellas me regalan mi indefinible sentido de la materialidad. Constituyen la otra parte de mi universo simbólico y gracias a sus horizontes puedo mirar más allá de la misma inmensidad. Y aunque siempre regreso a mis eternos dilemas, cada que escribo olvido, por unos instantes, la infinitud de sombras y de tinieblas que habitan en mí.

Malintzin.

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