sábado, 7 de abril de 2012

Me perdí en la en la metamorfosis de tu alma.


A fuego lento, revoltosas caricias que parecen mariposas se cuelan por debajo de la ropa y van dejando el sentimiento, amor forjado a fuego lento.
Rosana.
Te miraba y el sol se estrellaba contra tu rostro.
Volvía rojas las llamas de tus mejillas.
Volvía estaño la textura de tus pupilas.
Me revolvía el estómago, concentraba tus orugas.
Las atendía, con mesura y limpieza. Todas en millares crecían
Crecían cuando tocabas con tu mano caliente mi rostro,
crecían amablemente cuando tu preocupación elevaba la bondad de tu frente.
Dormían cuando tus suspiros evitaban el declive de mi mente.
Y llegaba un día donde maduraban.
Maduraban cuando tocabas partes de mi cuerpo.
Maduraban cuando la boca caía de tanto esfuerzo.
Volaban cuando tu amor fomentaba roces con nuestros cuerpos.
Volabas cuando tu alma tenía forma de alas de mariposa,
cuando mi antena tocaba tu cuello.
Volábamos, cuando las mariposas del estómago comenzaban el vuelo. 

Jal P. V.

No hay comentarios:

Publicar un comentario